Te proponemos una jornada completa de verticalidad y paisajes pirenaicos combinando dos ferratas únicas en el entorno del Valle de Ordesa.
La mañana comienza en la famosa Ferrata del Sorrosal (Broto), un recorrido impresionante que asciende junto a la gran cascada del Sorrosal. Puentes colgantes, travesías aéreas y un ambiente espectacular convierten este itinerario en una experiencia inolvidable. La mezcla de agua, roca y altura te sumerge en una aventura que es ya un emblema de las ferratas del Pirineo.
Por la tarde, cambiamos de escenario y subimos a la Ferrata del Espolón del Escuacho (Biescas). Su recorrido asciende con vistas abiertas sobre el valle del Gállego, combinando verticalidad, travesías y ambiente aéreo. Es más larga y continua que el Sorrosal, lo que aporta un punto extra de esfuerzo y sensación de logro.
La combinación de ambas rutas convierte el día en una actividad variada, completa y llena de emociones, perfecta para quienes quieren exprimir al máximo su jornada en el Pirineo.